El sex-shop ‘No es pecado’ cuenta con una máquina expendedora de productos eróticos para aquellos que no se atrevan a entrar en la tienda por vergüenza o porque se encuentra cerrada.
En el caso de tener cualquier “urgencia erótica”, como lo define el gerente del sex-shop ‘No es pecado’, Adrián González, en la máquina dispensadora que se encuentra en el exterior de la tienda hay una selección de “básicos eróticos” como lubricantes, preservativos, intensificadores del placer, anillos vibradores, aceites de masaje comestibles y una amplia gama de productos que se renuevan cada 10 días aproximadamente. El preservativo es el producto estrella, además de ser el que más diversidad ofrece pues los hay de varias tallas y con diferentes efectos como el retardo en la actividad sexual, de sabores, rugosos, etcétera. Los precios en la máquina expendedora oscilan entre los 50 céntimos y los 25 euros, resultando a veces, más económico comprar en ella que en la tienda y no reporta perjuicio alguno para el establecimiento en sí.
A parte de las “urgencias”, González explica que muchas personas consumen estos productos “para sorprender a sus parejas el fin de semana”, ya que es cuando mayoritariamente se compran los productos de la máquina y de esta manera, según explica el gerente, “no te tienes porqué ceñir al horario comercial”. Sin embargo, el pudor de la gente es un factor añadido para el funcionamiento de la máquina, en la que se suelen agotar algunos productos casi a diario, a pesar de contar con las puertas abiertas del sex-shop.
Lo que confirma González es que “los más vergonzosos”, una vez que entran al establecimiento “se sorprenden porque es una tienda normal, un espacio agradable donde se puede entrar con tranquilidad y con normalidad, pero siempre hay alguien al que le costará más entrar y sí que habrá gente que utilice la máquina porque les da mucha vergüenza entrar”. En este sentido, considera que la máquina es más un recurso para cualquier urgencia erótica, bien porque “no es posible pasar por la tienda en horario comercial que por pudor porque ‘No es pecado’ es un sitio muy agradable”.
‘No es pecado’ se encuentra en la calle Río Selmo nº8, junto al aparcamiento subterráneo de la avenida de Compostilla de Ponferrada.
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